El 6 de noviembre de 2025, Jessica Solís murió frente al Palacio Nacional de El Salvador, abatida por una bala disparada de forma «accidental», según la versión oficial del gobierno, por un soldado de la Fuerza Armada.
Jessica Amanda Solís tenía 42 años y era originaria de Los Solises, cantón Los Chilamates, distrito Nueva Concepción, Chalatenango.
Junto a su hermana, Jessica se había detenido en la plaza para tomar fotografías cuando cayó de súbito al suelo, impactada por una bala que, según declararon sus familiares a El Diario de Hoy, impactó en su cuello.
Las autoridades detuvieron al Derman Fernando J., quien habría confesado que accionó su arma de forma involuntaria, según la versión oficial.
Después de que Jessica cayera al suelo, las autoridades lavaron la escena, ocurrida en el corazón del Centro Histórico y corazón de la «revitalización» de la zona, una de las apuestas de propaganda del gobierno de Bukele. Días después, también impidieron que ciudadanos rindieran homenaje al lugar en el que Jessica cayó abatida y el gobierno desplegó a militares apostados en la plaza pública.
